Joaquín Balaguer
Los acontecimientos políticos de la época, sobre todo, la ocupación del territorio dominicano por tropas del ejército de los Estados Unidos en 1916, condujeron a que Balaguer se dedicara a la política. Al estudiar a Balaguer desde sus cimientos, nos damos cuenta que en su interior, en la época de la niñez y la adolescencia estuvo inclinado por la investigación literaria, el periodismo y el magisterio. Aunque la política y la investigación literaria ocuparon la mayor parte de su tiempo, es importante señalar que Balaguer fue un educador innato. Aunque no pudo dedicarle mucho tiempo a la enseñanza en las escuelas y universidades, nos damos cuenta que en las mayorías de los libros que escribió dejó la estampa del maestro, del hombre interesado en construir una sociedad más civilizada y en ilustrar a las jóvenes generaciones para que contribuyan a la construcción de un mejor porvenir.
El pasado 14 de Julio del corriente ano 2003, fecha memorable para la humanidad por el histórico aniversario de
Desde muchacho imberbe se apasiono por el poder con convicciones de profundo resentimiento social, individualismo y reverencia por la idolatría y el mesianismo faraónico.
Una forma de dejar el sello social de sus inicios, fue la poesía Tebaida Lírica que escribió destilando desprecio y record social.
De pensamiento social abolenguista, reclamo su estirpe en base a los secularmente falseados eslabones de la historia nacional, renunciando al juicio critico sobre la supuesta ascendencia hispánica de los dominicanos, un pliego de valores definitivamente aberrantes.
Como gran hispanófilo nacional, le negó a África sus flagelados aportes en la conformación de la raza cósmica de
Su amplia bibliografía que lo eleva indudablemente a la condición de escritor prolífico, no abandona en ningún momento el culto al hispanismo. Su libro “España Infinita”, es una especie de colofón de coronación a lo que el Dr. Balaguer convirtió desde el poder, en una ideología histórica de la nacionalidad.
Parece que Joaquín Balaguer le concedía poca importancia en la composición étnica, a la genética y la etnia, sobrevaluando los factores culturales como la lengua, la religión y los dominios del poder, colonial en este caso, por parte de la metrópolis colonizadora.
Esta forma de pensar jugaba papeles universales en el pensamiento social y político de Joaquín Balaguer. Recordemos su endiosamiento a la frase de la historia de los girondinos: “Levantad la sangre y debajo quedara la obra”, usada en su libro “Memoria de un Cortesano de
Como para no dejar sin excepción las infranqueables fronteras de sus convicciones, el fenecido caudillo dejo escrito el libro “El Centinela de
Apologista excelso del dictador, cubrió con el manto blanco de su exquisita cultura universal, flameando en el cielo inocente del pueblo dominicano, la raigambre criminal de la tiranía; bendiciendo con extravagante misticismo literario el cadáver decapitado del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, ajusticiado el 30 de mayo de 1961, panegírico que cerro la era del Jefe, pero no de la dictadura.
Poder a cualquier precio parece haber sido la ética lapidaria que le permitió no inmutarse frente a nada, por eso atravesó los casi 31 anos barbáricos de la dictadura de Trujillo como testigo ocular y participativo, justificador y sepulturero intelectual sin ningún rubor, como las piedras sin almas ni sentimientos.
De valor espartano, defendió su causa con prodigiosa inteligencia desde el atril de la serenidad del alma pareciendo siempre lo que no era, contrario a muchos de sus adversarios que eran lo que no parecían, comenzando por el Dr. José Francisco Pena Gomes, coraza de león y corazón de paloma; o su archirival histórico el Prof. Juan Bosch, de expresiones intolerantes en esencias de valores sublimes.
Alcanzo una estatura freudiana en el conocimiento de las emociones y la psicología de las masas populares que le permitieron gobernar omnipotentemente, por espacio de veintidós (22) anos a la nación dominicana, con la apariencia angelical que adopta el creyente en los templos religiosos, pero con la espada del soldado decapitando adversarios en el campo de batalla.
Un hombre medularmente egocéntrico, megalómano, mesiánico, solitario, individualista, enigmático, impertérrito… es imposible que descienda solo a la tumba, se lleva su poder y sus creaciones tangibles e intangibles que incluyen una de sus obras políticas, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Su epitafio debiera decir: “Aquí yace Joaquín Balaguer Ricardo, no dejo herencia”.
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